Un Impuesto al aire

En 1845 el economista francés Frédéric Bastiat publico el ensayo “Petición de los fabricantes de velas”, en el cual propone aplicar un impuesto al sol. Más de 160 años después, puede ser que en la idea de este pensador esté la respuesta a los problemas impositivos que presenta Costa Rica; quizás no tazando los rayos de luz, pero si enfocándose en el aire, sin el cual no existe ciudadano o ser vivo que pueda vivir.

Posibilidades inagotables de recaudación

Las posibilidades de recaudación que ofrecería este impuesto son inacabables. Por ejemplo se podría cobrar por el metro cuadrado consumido por cada persona como hoy se hace con el agua. Para los que se preocupan por la solidaridad, este impuesto sería claramente progresivo, ya que cada quien pagaría de acuerdo a sus necesidades de consumo. Quizás los únicos que calificarían para exención serían los enfermos y los niños, al ser su consumo menor.

Por otra parte los propietarios de mascotas al estar disfrutando de un bien de lujo, deberían de pagar un poco más por gasto del recurso que su bien utiliza para seguir con vida. Los propietarios de terrenos cultivados también y mucho más,  ya que  por un tema de justicia se les deberá forzar a responder por las ganancias que tienen a costas de algo que nos pertenece a todos. Para los que se preocupan por el fumado, cada cajetilla aportaría con nuevo tributo, el cual además de recaudar serviría como incentivo para obligar a la gente a dejar este vicio.

Por otra parte los propietarios de vehículos automotores sería forzados a ser responsables de forma directa por el problema generado al convertir en gases nocivos nuestro preciado oxigeno. Esta medida incluso sería efectiva para liberar de presas en las ciudades, y corregir los problemas de velocidad en las carreteras, ya que la gente se vería forzada en pensar tres veces antes de salir de la casa, o accionar de forma excesiva el acelerador de su carro u moto.

Además en época de crisis, se  presentaría la oportunidad de crear nuevos empleos públicos y reactivar la economía, ya que serían necesarios nuevos inspectores para garantizar que nadie escape de su deber con el Estado. Esto sin hablar de los beneficios generados a la imagen internacional del país, aportando  un poco más al ejemplo que ya estamos dando con la búsqueda de ser carbono neutrales.

Quizás esta no sea la solución más elegante para corregir el déficit que enfrenta nuestro país, pero sería consecuente con un gobierno que ya de por si quiere ahogar un poco más a la clase media, promoviendo en el congreso  mayores tributos sobre la ropa usada,  aumentar de forma indirecta el costo de poder hacerse de una casa, o incluso aumentando el tributo por servicios tales como el Internet.  De esta forma no quedaría duda de sus intenciones y obligar a que todo aquel que no pueda pagar, se quede sin respirar.

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